San Lázaro, la víspera
Por: Liyanis Carvajal Pérez (Pinar del Río, 1977)
Historiadora y Crítico de arte.
Fotos: Michel GMG.
La época de la colonia en Cuba representó para los esclavos represión física y psicológica. Traídos de varias tribus africanas, eran mezclados para que sus credos se disolvieran en el caos del maltrato y el deseo de que la confrontación les impidiera el entendimiento entre ellos capaz de formar rebeliones. Obligados a convertirse al cristianismo, su estrategia fue conciliar los santos católicos con los orishas del panteón yoruba. Así lo registra el prestigioso sonero Adalberto Álvarez en su popular tema titulado Y qué tú quieres que te den. De esta manera en las celebraciones de unos, podían adorar los propios. Los orishas africanos permanecieron en la fe cubana gracias al sincretismo. La transmisión oral de esa sabiduría popular ha sido estudiada en la contemporaneidad con un basamento científico de carácter antropológico y podemos encontrarla asentada en la obra de grandes personalidades de la historia de nuestro país. Don Fernando Ortiz, conocido como el tercer descubridor de Cuba, fundó en 1936 la Sociedad de Estudios Afrocubanos con el fin de establecer una metodología para la investigación de esta zona del saber.
Cada año, el 16 de diciembre se espera en Cuba el día de San Lázaro o de Babalú Ayé. Ambos tienen como característica la cura de enfermedades y se representan por un anciano en muletas acompañado por perros que lamen sus yagas. Para homenajear o agradecer al santo, las personas visten el color morado y con ropas hechas de yute, encienden velas de cera o de aceite, confeccionadas con una mota de algodón en un plato.
En la víspera, como parte de la gran multitud que acude a la peregrinación, llegamos al Rincón, donde está el santuario Nacional y el Hospital San Lázaro.
El acceso al lugar puede ser por tren y por auto. Por esos días los parqueos se permiten a dos kilómetros de distancia a la redonda y las personas emprenden la marcha. A ambos lados del camino, podemos encontrar vendedores de prendas religiosas que ofrecen sus productos de manera ambulante o en pequeños quioscos montados con pintoresca variedad.
Nos recibió la fuente de agua bendecida, en la que los peregrinos se refrescan y acumulan el preciado líquido en recipientes que se llevarán a casa.
Los creyentes piden y pagan su penitencia generalmente mediante la flagelación de su cuerpo. Vimos cómo consiguen rebasar el altar a rastras, de rodillas y algunos de espaldas. Nos sobrecogió ver que además cargaban objetos pesados como piedras, pedazos de raíles de líneas del tren, troncos de árboles y figuras de yeso o de mármol.
Las ofrendas en flores, dinero, velas, tabacos y otros bienes, se recogen de manera muy organizada y respetuosa por un grupo de voluntarios que trabajan en el templo.
A las 12 de la noche se realiza la misa más importante de la jornada en espera al 17 de diciembre, que es el día del Santo. Convocados por el sacerdote, los creyentes al unísono levantan manos y velas hacia lo alto haciendo un gesto en forma de alabanza.
Salimos de la iglesia conmovidos por la fe y la oración a San Lázaro que nos dio un amigo babalawo de Matanzas.
LA ORACIÓN DE SAN LÁZARO (BABALU AYE)
Glorioso Patrón de los Pobres, en tantos tormentos me veo, con solo llamando tu espíritu me des lo que yo deseo, y que encuentre que mis males sean remediados con solo decir esta oración:
En el Nombre de San Lázaro, que los buenos espíritus me ayuden y que vengan en mi auxilio; cuando yo padezca de algún mal o esté en algún peligro que me los detengas, y que a mí no lleguen, y que esto me sirva como prueba de vuestra protección hacia mí y haced San Lázaro que tu espíritu sea mi fe y de todo el que a mi lado estuviere; y que en ti, Patrón, encuentre la fuerza que necesita mi materia para poder llevar las pruebas de este planeta en que habitamos y de este camino que hay que pasar, mandado por Dios, nuestro Padre. En ti pongo mi fe para que me salves de esta y des consuelo a mis grandes males y que por tu valor tenga otro porvenir mejor a este que tengo. Que en el nombre de San Lázaro los espíritus malos se alejen de mí para siempre con solo decir esta Oración.
San Lázaro conmigo y yo con él; el delante, yo detrás de él, para que todos mis males los haga desaparecer, la Gloria de todos. Amen.
El que esta oración tuviere, todo su atraso perdiere, y a los veinte días vendrá el patrón en sueños a indicarle en lo que ha de tener su suerte.
Si fe tuviere en él, se salvará también.
San Lázaro, la víspera
Cámara: Canon 550 D
Objetivo: 18-55mm
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Uau!!! Adorei! Parabéns ao casal amigo. Saudades!
Muito obrigado amigo Sergio, também temos saudade de você, saudações e um grande abraço